Con solo 29 años, el jesuita hondureño Josué Salguero ya posee una historia de vida que podría convertirse en un libro. Su trayectoria y sus misiones demuestran la dura realidad por la que pasan miles de migrantes en el mundo. Ahora, por primera vez, tuvo la oportunidad de compartir lo que ha vivido con los alumnos del 2º año de secundario del Colegio Anchieta, Porto Alegre, Brasil, en una clase virtual de Lengua Española, invitado por los profesores Natalia Nuevo y Leandro Miranda.
Salguero nació en El Oro, zona rural de Honduras. El más grande de cinco hermanos, se mudó a la ciudad de San Pedro Sula a los 12 años para estudiar, como lo deseaba su madre. La familia se tuvo que separar a causa del huracán Mitch que, en 1998, pasó por América Central provocando una ola de movimientos migratorios. Su padre fue el primero que migró a Estados Unidos, años después, su madre decidió irse también con una de sus hermanas, pasando a asumir, con tan solo 13 años, la responsabilidad de los demás hermanos. “Me tuve que hacer cargo del rol de padre y madre, y, además, sentir el dolor de estar lejos de ellos. Muchas veces pasamos hambre”, dijo. Más tarde, todos sus hermanos terminaron yendo a Estados Unidos, algunos para huir de las maras (bandas criminales), o, en el caso de Salguero, para entrar en la Compañía de Jesús.
En los últimos dos años, ya ha estado en cuatro países y desde inicios del 2020 radica en Carolina del Norte, Estados Unidos, para estudiar inglés y terminar su carrera en Teología en Boston. Sus planes cambiaron de rumbo cuando se contagió con el covid-19 y se ha visto, como dijo, “cercano a la muerte”. En la comunidad donde vivía, 35 de los 50 jesuitas se infectaron e, incluso, falleciendo dos de ellos. “No le tenía tanto miedo a la muerte, sino a morir solo”.
A partir de esa experiencia, dijo que se ha dado cuenta de la crisis humanitaria en la que vivimos, principalmente con respecto a la población hispánica, que ha sido la más afectada y no se la ha considerado en los números oficiales. Muchos migrantes se enferman, pero no van a los hospitales por el miedo de perder sus empleos, además de enfrentar la barrera de la lengua. Pagan sus impuestos, pero no acceden al sistema de salud.
Al finalizar la charla de Josué Salguero, inclusive en esta modalidad de clase virtual, hubo espacio para el debate. Los alumnos usaron todos sus recursos lingüísticos en el idioma española para hacer preguntas sobre diversos aspectos planteados por el jesuita. Los profesores terminaron la clase situando la participación del misionero en el marco del proyecto de Ciudadanía Global, desarrollado en el 2º año de secundario, y enfatizaron cómo este momento que estamos viviendo es una posibilidad de aprendizaje para la humanidad. “En esta pandemia tenemos la oportunidad de entender que formamos parte de un todo y pensar en los derechos humanos, más que nunca, es fundamental”.
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